Palestinos reciben alimentos en un punto de donación en un campamento para desplazados en Rafah.
La superpoblación ha llevado a que la gente se apiñe en apartamentos y tiendas de campaña en parques, estadios y plazas. Muchos han llegado a Rafah desde otras zonas de la Franja debido a la ofensiva lanzada por Israel en octubre en respuesta a un ataque de comandos islamistas.
Las condiciones son extremadamente precarias, con personas durmiendo en el suelo y enfrentando el frío. La densidad poblacional en Rafah ha aumentado significativamente, afectando el acceso a servicios básicos y la movilidad en la ciudad.
A pesar de los esfuerzos de los voluntarios para regular la circulación y gestionar el tráfico, la situación sigue siendo caótica. La guerra ha dejado a más de 27,100 personas muertas, en su mayoría civiles, y alrededor de 1.7 millones de personas desplazadas en la Franja de Gaza, donde los combates se suman al bloqueo israelí que dificulta la llegada de alimentos, agua, combustible y medicamentos. La población se enfrenta a condiciones extremadamente difíciles y la desesperación está creciendo.