Causas del fenómeno
Los meteorólogos explican que estas condiciones son causadas por un "domo de calor", una zona de alta presión centrada en el sur del Golfo de México y el norte de Centroamérica. Este fenómeno impide la formación de nubes, permitiendo una mayor incidencia de sol y elevando las temperaturas. Este calor extremo ocurre en un contexto de calentamiento global acelerado por la emisión de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles.
Impacto en EE.UU. y México
El calor se extiende hasta Texas y Florida en EE.UU., donde se han registrado temperaturas inusualmente altas. En Miami, por ejemplo, se alcanzaron los 35.6°C el 19 de mayo, superando los 30°C habituales. Texas enfrenta un aviso de calor con temperaturas que podrían llegar a 43.9°C a lo largo del río Bravo y 35°C en las montañas Davis y Chinati. En México, la ola de calor ha causado la muerte de más de veinte personas desde marzo, y se espera que las temperaturas sigan aumentando. La Ciudad de México, por ejemplo, alcanzó una temperatura récord de 34.3°C el 9 de mayo.
Efectos en la vida silvestre y el medio ambiente
El calor ha tenido graves efectos en la vida silvestre, con la muerte de más de 130 monos aulladores y un aumento en la mortalidad de aves en el norte del país. La falta de precipitaciones ha secado lagos y represas, afectando el suministro de agua y provocando protestas, como la de policías en Ciudad de México que bloquearon una avenida principal por la falta de agua en sus comisarías.
Pronósticos y medidas
El Servicio Meteorológico Nacional de México prevé otra ola de calor para junio, aunque se espera que sea más corta y menos severa que la actual. En Guatemala, las autoridades han prohibido actividades al aire libre en las escuelas de la capital debido a la mala calidad del aire causada por el calor y los incendios forestales.
Región afectada
Además de México, países cercanos como Belice, El Salvador, Honduras, República Dominicana y Haití también están experimentando temperaturas anormalmente altas debido a esta área de alta presión.
Perspectivas futuras
Los expertos advierten que el calor extremo podría afectar la temperatura del agua del océano y, en consecuencia, influir en la próxima temporada de huracanes en el Atlántico. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha señalado un 85% de probabilidad de que la temporada de huracanes en el Atlántico, que comienza el 1 de junio, sea más activa de lo normal.
Este fenómeno climático resalta la urgente necesidad de abordar el cambio climático y sus efectos, ya que las altas temperaturas y condiciones extremas parecen convertirse en la nueva normalidad.