Francisco expresó su preocupación por el drama que viven las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares, enfrentándose al sentimiento de desarraigo y la incertidumbre sobre su futuro. Criticó la mentalidad de alarma y miedo hacia los migrantes que se observa en algunos países receptores, señalando que esto conduce a la construcción de muros, tanto físicos como emocionales, que van en contra de los valores cristianos.
El papa enfatizó que los cristianos no pueden compartir esta mentalidad y recordó la enseñanza de Jesucristo sobre el amor al prójimo, incluyendo al migrante. Instó a acompañar, promover e integrar a los migrantes, y llamó a la promoción de una cultura social y política que proteja sus derechos y dignidad.
El mensaje del papa Francisco refleja su compromiso con la defensa de los migrantes y su llamado a la solidaridad y compasión hacia quienes se ven obligados a dejar sus hogares en busca de una vida mejor.