Además, más de 400 carreteras están cerradas solo en Carolina del Norte, lo que ha dificultado las labores de rescate y recuperación. El Departamento de Transportes del estado advirtió que "todas las carreteras del oeste deberían ser consideradas como cerradas".
Se estima que más de tres millones de personas están afectadas por cortes de suministro eléctrico, principalmente en Carolina del Sur, Georgia y Carolina del Norte. La Guardia Nacional ha movilizado casi 4,000 efectivos en Florida, con personal también desplegado en Carolina del Norte, Georgia y Alabama.
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, describió la situación como "una de las tormentas más graves de la historia moderna", con más de 200 rescates realizados hasta ahora. Se prevé que continúen las lluvias y los fuertes vientos en varias áreas, aumentando el riesgo de inundaciones.
El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris expresaron su pesar por las pérdidas y la devastación, asegurando que su administración estará presente en el proceso de recuperación. Harris también anunció la declaración de emergencia para varios estados, lo que permitirá acceder a recursos y fondos para ayudar a las comunidades afectadas.
La administradora de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), Deanne Criswell, se ha desplazado a Florida para evaluar los daños y coordinar los esfuerzos de respuesta. Se espera que continúe su recorrido hacia Georgia y Carolina del Norte en los próximos días.
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