Los precios del petróleo registraron el martes su nivel más bajo en ocho meses, debido a la preocupación por el desequilibrio entre una demanda debilitada y un posible aumento en la oferta.
El Brent del mar del Norte para entrega en noviembre cayó un 4.86%, situándose en 73.75 dólares por barril, mientras que el WTI para octubre disminuyó un 4.36%, hasta los 70.34 dólares.
Andrew Lebow, del Commodity Research Group, explicó que esta fuerte caída responde a diversos factores. Uno de los más relevantes es la debilidad macroeconómica, reflejada en la desaceleración del crecimiento en China y en la contracción del sector manufacturero de Estados Unidos.
Además, el anuncio del inminente reinicio de la producción de petróleo en Libia ha añadido presión sobre los precios debido a una mayor oferta en el mercado.
La situación ha generado especulaciones sobre una posible intervención de la Opep+, que podría aumentar su producción en octubre, aunque existe la posibilidad de que permita la caída de precios para reducir la competencia de los productores de petróleo de esquisto en Estados Unidos.
A mediano plazo, esta caída podría contribuir a la desinflación global y al estímulo de la economía, lo que podría llevar a los bancos centrales a reducir las tasas de interés, impulsando nuevamente la demanda de crudo.