Mayelin Moreno, de 31 años, es un claro ejemplo de esta realidad. Desde hace seis años, trabaja en lo que comúnmente se conoce como "casas de familia", donde su horario de entrada es a las 8:00 de la mañana, pero su hora de salida es incierta, pues se marcha cuando termina sus tareas, que suelen extenderse hasta las 7:00 o 8:00 de la noche. Su sueldo mensual es de 3,500 pesos, aunque no trabaja todos los días.
Moreno recuerda sus primeros empleos, donde su salario era mayor, pero también lo era la carga laboral. "En mi primer empleo me pagaban 10,000 pesos, pero tenía que hacer de todo. Duré seis meses, nunca me liquidaron", relata. A pesar de los sacrificios, se siente atrapada en un sistema donde su trabajo no es valorado adecuadamente.
Yolanda Franco Soto, de 42 años, también ha dedicado 20 años a este oficio. Su última experiencia laboral fue de 13 años con un sueldo quincenal de 3,000 pesos. Aunque ahora trabaja en el ayuntamiento, también realiza "limpiaditas" en casas de familia para complementar sus ingresos. "No me trataron como debían. Uno tiene que hacer sacrificios y trabajar como se pueda", reflexiona.
Por su parte, Mérida del Carmen, de 41 años, comenzó a trabajar desde los 13 años. En la actualidad, ha encontrado estabilidad y un mejor salario, acumulando 28,000 pesos al mes, gracias a la diversificación del trabajo doméstico que le permite tener más de un empleo. Sin embargo, reconoce que las condiciones laborales dependen de las actitudes de las personas para las que trabaja.
Según la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT), en 2019, 260,620 personas estaban empleadas en el sector de servicio doméstico, representando el 5.5% de la ocupación nacional. En 2022, el presidente Luis Abinader anunció un plan para formalizar este trabajo, estableciendo un salario mínimo de 10,000 pesos y regulaciones sobre horarios y derechos laborales. Sin embargo, este plan fue declarado inconstitucional en junio de 2023, dejando a las trabajadoras en un limbo legal.
El Ministerio de la Mujer ha presentado un Amicus Curiae ante el Tribunal Constitucional para respaldar la formalización del trabajo doméstico, pero aún se desconoce el futuro de este proceso. Las trabajadoras domésticas continúan esperando acceso a derechos laborales que reconozcan su labor.
"Es un trabajo igual que cualquier otro y, a veces, más exigente. Merecemos un sueldo mínimo y seguro médico", concluye Del Carmen, haciendo eco del sentimiento de muchas trabajadoras en la República Dominicana.
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