Las fuerzas israelíes intensificaron el viernes sus bombardeos en el estrecho territorio palestino, de 2,4 millones de habitantes.El recrudecimiento de los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza y los enfrentamientos armados entre Israel y el grupo proiraní Hezbolá en la frontera con Líbano han desatado preocupaciones de una escalada regional significativa este viernes.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha expresado su alarma, advirtiendo que Líbano no debe seguir el mismo camino que Gaza y criticando la retórica belicista tanto de Israel como de Hezbolá. El ejército israelí reportó la interceptación de un objeto aéreo sospechoso lanzado desde Líbano, mientras que medios libaneses informaron sobre bombardeos israelíes en el sur del país.
En Gaza, testigos informaron de intensos bombardeos que han cobrado la vida de al menos 30 personas, según el director de un hospital local. Las operaciones militares israelíes se han concentrado en diversas áreas del territorio, exacerbando la situación ya crítica para la población civil de 2.4 millones de habitantes.
La ciudad de Gaza ha sido especialmente afectada, con informes de evacuaciones masivas debido a los constantes ataques. Organizaciones como la OMS han alertado sobre el deterioro de las condiciones humanitarias en la región, con una población al borde de la hambruna y una ayuda humanitaria limitada por las operaciones militares en curso.
En paralelo, funcionarios estadounidenses han expresado su preocupación y han reiterado su compromiso con la seguridad de Israel, al tiempo que instan a evitar una escalada mayor en Líbano mediante soluciones diplomáticas. Este llamado se produce en un contexto de tensiones crecientes entre Israel y Hezbolá, con amenazas mutuas que elevan los riesgos de un conflicto más amplio en la región.
La situación continúa siendo fluida y tensa, con observadores internacionales y organizaciones humanitarias instando a todas las partes a ejercer contención y buscar vías para reducir las hostilidades, en medio de temores de una catástrofe humanitaria aún mayor en Gaza y el potencial desestabilizador de los enfrentamientos en la frontera con Líbano.